lunes, 26 de septiembre de 2011


movimiento y expresión antes de nacer

Me llega la información de un blog de una compañera, sé de ella que tiene vitalidad y las cosas bastante claras. Entro y me encanta el trabajo que veo en lavidaintrauterina.blogspot,com (creo que esta es la dirección). Hay información detallada de qué vamos viviendo cuando estamos ahí dentro, antes del nacimiento van pasando cosas que nos determinan... La vida va tomando vida desde el inicio, va explotando en un ambiente cálido, en principio, en movimiento, también. Así se van multiplicando las células y especializándose, entre calidez y vaivenes, en remojo y con sonidos de vida latiendo en el cuerpo dentro del cuerpo.
Es así como el feto empieza a moverse y a recibir respuestas, así un brazo toca la pared abdominal de la madre contenedora, o un pie, o la cabecita... y esa madre, con un cuerpo determinado, responde de una forma. Esa forma es la primera respuesta al movimiento. Ahí se puede encontrar la pequeña vida con la receptividad y de una piel flexible o tal vez la rigidez que la lleva a retroceder... tal vez...
Hay quien dice acordarse de lo que pasó ahí dentro, en ese receptáculo de luz tenue. Yo no sé si eso es sugestión o una experiencia real, de lo que sí estoy segura es de que ahí empezamos a interactuar con "el otro", que es "la otra". Y esa otra, la madre que nos tocó, influyó en nuestras primeras experiencias, que seguramente quedaron grabadas en nuestras células, que nos dio ritmos, o no, confianza, o no, calidez... o no... y de ahí salimos, ya con cierta carga energética, confiados, imagino, (quiero imaginar!!!), en la mayoría de los casos, a ponernos en manos de un mundo del que depende nuestra supervivencia, tan desválidos venimos, pero también, sí, tan confiados.





domingo, 25 de septiembre de 2011

ya hace que volvimos... ¡Ojo al salto de la rana!



ya hece que volvimos, algunos ya ni se acuerdan de los días de relajo que pudieron disfrutar. Ya hace que volvimos y aún el tiempo, por aquí, desde donde escribo, es soleado e invita a aprovechar las horas que nos quedan libres para pasear, darnos los últimos baños en el mar, gozar de la bicicleta o cualquier deporte al aire libre.





En estos días me ha llegado un escrito que va de ranas. ¿Ranas?, sí. Y me ha llamado mucho la atención. Quiero compartirlo y llevar a la reflexión. Resulta que leo que las ranas, cuando son cocinadas, son metidas en una olla o similar, a temperatura templadita. Si el agua está muy fría o caliente en exceso, al meter ahí al animal, éste, en un movimiento reflejo y de superviviencia, salta rápidamente y escapa. Sin embargo, el agua templadita invita al abandono y en estas circunstancias, el anfibio se queda tranquilo, adormeciéndose. El agua va calentando más y más, pero cuando el calor supera los límites de lo confortable y empieza a ser más y más letal, el pobre bicho ya no puede escapar. Su cuerpo ya se adormeció y sus patas no estan para el brinco que le salvaría la vida. Así muere. No ha podido moverse. No recibió el ataque de pronto sino que fue engañada poco a poco.





¿Cómo vemos eso?, ¿qué sentimos?. Desde aquí nos invitaría a todos a no dejarnos adormecer por la rutiuna, a no dejarnos entrar en esa vida que no es vida de las prisas, los quehaceres cotidianos, los horarios estrictos y las mil y una tarea pendientes... Ya, después de entrar de nuevo ahí, tras las vacaciones, no dimos el brinco, tal vez debimos hacerlo.





Al menos, sintamos un poco, dejemonos sentir lo que nos molesta y merma nuestra salud. Salud, que, como dice Xavier Serrano, se conquista día a día.










viernes, 2 de septiembre de 2011

otra forma de volver



movimiento y expresión






Y como todo pasa y todo llega, ya estamos en septiembre, y aquí, en nuestra cultura, y como se encarga de recalcarlo la mar de bien Ikea en sus anuncios, empieza un nuevo curso, que es lo mismo que decir un año nuevo.



Se ha hecho un paréntesís, más o menos la población ha podido hacer un cierto parón en sus actividades. Quien más quien menos hemos disfrutado de unos días de descanso, hemos podido seguir unos ritmos más pausados en el día a día, hemos podido contactar con la naturaleza, ya sea campo o playa... más bien playa que campo en estos días estivales, y, en fin, incluso los que se han quedado en las ciudades han podido pasear por el asfalto en condiciones mucho más agradables que el resto del año.



Y ahora, la vuelta... y se empiezan a oir quejas y malas ganas en la gente que retoma unos trabajos que no les gustan, que retoma unas rutinas que no les satiafacen, que añora los días de felicidad, engañosa tal vez, que pasaron volando. ¿Por qué?



Yo me pregunto qué debió pasar, cuándo fue que se dejó de perder la ilusión por un nuevo curso, qué pasó en la historia de cada uno de nosotros que nos llevó a la resignación de "esto es lo que hay". Algo debió suceder que desvió a casi todos de sus ilusiones y sus pasiones para llevarnos por el camino de grises empleados (y gracias si hay trabajo, tal como están las cosas, ¿verdad?).



Y volvemos... pero es que, también es verdad que si la vida es una, es la que es, y si hemos podido descubrirla mejor estos días, si hemos podido tener el tiempo y el lujo de ver amaneceres o atardeceres, si hemos podido contemplar las estrellas, si hemos olido, visto, sentido en la piel el vibrar de lo vivo... es lástima que no lo registremos y que queramos relegarlo al olvido. Me apetece invitaros a volver de otro modo, no con la resignación, sí con las agallas y el contacto con la fuerza que hemos podido recuperar, aunque sea un poco.



Así, de esta manera, buscaremos, seguiremos con la inquietud de buscar una mejor vida, como hacen unos pocos, privilegiados. Y no por tener más dinero ni más recursos, privilegiados porque no se conforman, porque no se resignan a la vida gris de una oficina ni a un trabajo que no les satisfaga. Busquemos, os invito a volver con la actitud de búsqueda, estemos donde estemos, nos pille donde nos pille. Volvamos así, moviéndonos, buscando para cambiar y dar vida a nuestra vida. Se puede.



Septiembre, nuevo curso, año nuevo... ¡buena entrada!