lunes, 8 de febrero de 2016

¿Que quién soy? soy quien tú quieras. Inclasificables hiperadaptados

Absolutamente adecuados para los ambientes que se les van presentando en la vida. Saben estar, se los encuentra siempre con la indumentaria que toca, haciendo lo que se supone que deben hacer. Su máxima, que la aplican en todo momento, "donde fueres, haz lo que vieres" (castellano antiguo). Y así andan, completamente al caso de que ahora se llevan las pajaritas para hombre, con pantalones dejando ver el tobillo, y que las mujeres utilizan en sus desplazamientos "casual", masculinos zapatos de cordones. Saben idiomas, son educados y tienen conversación amena. Conocen los temas, ya sea sobre violencia de género, calentamiento global o cómo hacer una buena paella. Se los ha visto campechanos en reuniones informales familiares, se los ha visto concentrados en el trabajo, se los ha visto en el bar riendo chistes obscenos, gritando en el estadio, bailando en el concierto de rock del grupo de moda, y relajadísimos en la clase de pilates, estirando musculatura... Han viajado, han probado las delicias gastronómicas de otros países, y las costumbres de otras culturas. Sus acompañantes se han exclamado de lo bien que se han hecho a los nuevos sitios, qué pronta adaptación. Ni "jet lag" tienen... Han celebrado Halloween, y "la Castanyera". En su casa sus hijos reciben juguetes de parte de Papa Noel y de los Reyes Magos. De no hace mucho han pasado de hacer galletas en casa, a preparar "cookies". Salían con sus deportivas para el "footing" diario, y ahora hacen "running"...
Sonríen, suelen tener el semblante risueño que invita a ir a hablarles, a llamarlos a nuestro lado para disfrutar de su agradable compañía.
Sus ropas, correctas, en absoluto llamativas, su peinado, sus complementos, lo mismo. Huelen suave... Parecen estar en harmonía absoluta con lo que les rodea, como en un baile delicado y hermoso.
Y se inicia la conversación con ellos...Salen temas, se habla de ésto y de lo otro... y ahí está el interlocutor, teniendo razón, viendo como el otro se la da... Se adaptan al ritmo del otro, a sus dejes, a sus expresiones... Vaya... Se adaptan, ceden, comprenden, asienten... Y el interlocutor empieza a incomodarse, ¿dónde estoy yo?, ¿dónde está él?, ¿quién es él?... No lo encuentro, no lo hallo. Y siguen hablando, y ya no es lo mismo, el bienestar se transforma en una vaga sensación de incomodidad, una vaga inquietud, y hasta cierta agresividad...

Y, al final, la respuesta, intuida, el mensaje terrible que recibe el inerlocutor, no hablado, pero no por ello menos evidente: "¿Qué quién soy?. soy quien tú quieras".

Como el humo, etéreos, perfectos actores en un mundo diverso... Inclasificables, hiperadaptados