domingo, 26 de abril de 2015

¿qué es hacer terapia? (psicoterapia)

Quiero dedicar aquí, hoy, estas líneas, para explicarlo un poco desde mi punto de vista.  Por conversaciones en las que he estado, comentarios que escucho, gente con la que trato, siento que no queda claro ésto de qué es hacer terapia y que en general a las personas les cuesta situarse. Mucho, la verdad.
Estamos en un mundo tan disperso y tan cambiante, con estimulación e información diversa y contradictoria, que vamos recibiendo de un lado y de otro, tratamos de utilizar mínimamente algún criterio, pero nos falta tiempo para poder situarnos bien y filtrar. Separar el grano de la paja es complejo.
Y hablando sobre terapias, sobre psicoterapias, hay mucha confusión, es tanto el desconocimiento y tanto también el abanico de posibilidades que se ofrecen desde el mercado de los charlatanes curalotodo, que me apena que la gente no sepa qué le puede ofrecer y cómo le puede ayudar a vivir más plenamente su día a día.
¿Qué es hacer terapia?. Tal y como yo lo entiendo es entrar en un proceso de autoconocimiento. Llegar a los porqués desde la superfície de apariencia, que es lo primero que ofrecemos las personas, para adentrarnos en los motivos, y los motivos de los motivos, en un camino que lleva a ir quitando capas, una tras otra, para llegar a niveles profundos del ser. Una tras otra, lentamente, respetando el ritmo que marca el cuerpo... en un sendero doloroso, aunque liberador.
Mi enfoque psicocorporal me lleva a trabajar este proceso desde el cuerpo. Porque el cuerpo fue antes que el verbo, en el cuerpo están ancladas sensaciones y emociones primeras. Mucho antes de que madurara el córtex cerebral hemos vivido en nuestro ser, nuestro biosistema, intensas experinecias de placer y dolor. Y han quedado ahí, grabadas en nuestros órganos, y se han manifestado, las dolorosas, a veces en forma de miedos repentinos, angustias que no se explican o molestos síntomas corporales.
Hacer terapia es un viaje en el tiempo, es volver a ese pasado, a esos momentos en los que hubo una herida en nuestro ser, para abordar desde el presente la posibilidad de sanación. El cuerpo sabe, la vida quiere vivir, pero a veces ha sido demasiada la carga y en la defensa por sobrevivir nos hemos creado una coraza protectora que ha sido nuestra arma de doble filo.
Es lo que expuso Wilhelm Reich, creamos nuestro carácter para protegernos de un ambiente que no nos permite desarrollarnos plenamente, y quedamos anclados en él, a su servicio, sin posibilidad de ver más allá, encogidos, metidos en un traje que en un momento dado de la vida, lo sentimos pequeño, nos aprieta... ¡nos ahoga!.
Hacer terapia es recibir en un momento dado de la vida la compañía de otro, una persona que ha vivido también su proceso y que conoce las formas del arte de ir ablandando rigideces. Es poder retroceder y enfrentarnos a lo que tanto tememos, pero ahora con la fuerza que nos ha hecho encontrar esta otra persona que está ahí, y nos dice lo que nos faltó oír en un momento dado: "tú puedes", "tú ahora tienes recursos". Y es cierto. Bajamos a nuestro infierno como algunos llaman, y empezamos a ver de frente nuestros fantasmas. Y tras el escudo protector, surge el ser humano temeroso, deseoso de amor, frágil. Y lloramos, gritamos, sacamos la rabia, para que surja, al final, el ser vivo que desea gozar de la vida.
Es enormemente gratificante contactar con nuestra realidad profunda. La conciencia de esa vulnerabilidad llega a hacer invencible a la persona, que conecta con su núcleo. Y conectar con uno mismo hace también poder ir hacia el otro, de verdad, sin disfraces.
Ese es el camino de la terapia, diferente para cada persona pero con muchos denominadores comunes. La terapia permite que empecemos a tomar las riendas de nuestra vida para una existencia sentida realmente.





No hay comentarios: