martes, 30 de diciembre de 2014

La permanencia

Quiero hablar de ello, hoy, llevo días sintiendo la necesidad de compartirlo aquí. Sin más, ni menos. Concentrarme en estas líneas y estar por lo que quiero transmitir, a quienes pueda llegar. Confieso que he estado dispersa, buscando la forma de atraer público a mis líneas, que he estado buscando las maneras, adentrándose un poco en ese mundo que mendiga los "me gusta"... Tanto gustas tanto vales... Y me he cansado más de la cuenta. 

Me he sentido atrapada por algo que me hacía salir fuera de mí, me hacía distraerme continuamente, irme de la esencia, descafeinarme... Para al final sentir una vaga sensación de pérdida de tiempo, rabia sin saber exactamente contra qué y la decepción de haber perdido la creatividad. Y eso sí que me asustó.

Y vuelvo al título de esta entrada, " la permanencia". Os invito, os animo, a que os quedéis con ella, que os la repitáis mentalmente. Deciros en bajito de vez en cuando: "permanece"... 

Estábamos en un taller de expresión, terminamos la danza conjunta el grupo, habíamos creado una forma entre todos, que había salido del contacto intenso con emociones. Termina la música y ya alguien iba a marchar de esa construcción. Suerte del grito de " quietos!!!!". "No os mováis. Permaneced ahí". Un rato más. Suerte. Pudimos saborear la permanencia, el baño emocional del mensaje que nuestros cuerpos transmitían, nos dejamos sentir lo que nos decían esas tensiones de brazos, los apoyos, las piernas enraizadas, o no, encogidas, dobladas... Los contactos, los roces, las miradas... Un cuadro de la vida.

Permanencia... Tan necesaria hoy día, en estos tiempos del zapping, de los flashes de luz y sonidos y la navegación a velocidad de vértigo por el ciberespacio... Permanencia, por favor. 

Permaneced en las situaciones, en la belleza de un paisaje, en las miradas, en los conflictos que surgen en el día a día también. No hay otro modo de poder crecer y enriquecerse con ello. No podemos llenarnos plenamente de algo si sólo estamos corriendo. Qué nos puede transmitir una realidad a la que no le damos más que segundos en nuestra percepción?. 

Y esto, llevado a las relaciones de pareja, ya para terminar, es tan importante...




Permaneced!. No estoy diciendo " aguántate". Digo "estate ahí". Vas a aprender, vas a crecer. Vas a poder mirar más allá de las apariencias primeras y te va a llegar el otro, lo otro, con toda su intensidad.

Como ésta foto, captada en un segundo, que queda ahí, como cualquier foto... Permanencia...

miércoles, 10 de diciembre de 2014

La sombra

"Topé con ella, bailando en una sala de ténues rojizos. Me la encontré de espaldas al grupo, cuando me recogía en mí y me expandía a la vez, sintiéndome alejada de miradas que en ese momento no deseaba. La ví potente en esa pared rosada, y me sorprendí sintiéndola mía y tan ajena a la vez. Esas manos que se marcaban, grandes, ágiles, el cuerpo desdibujado que se hacía nítido a momentos, el revoltijo de la melena, en un vaivén caprichoso... Y yo ahí, disfrutando de mi proyección!. Esa sombra...Era yo!, o era más, sí, bastante más. Jugué con las formas, definiéndolas a veces, emborronándolas, se mezclaban las luces y los colores... Me fui soltando, como si se hubiera ablandado la barrera de mi piel, para permitirme dejar salir algo que había muy dentro y no se había atrevido antes. Y no me sentía responsable de eso, no me importaba... Fue un rato... Minutos... Tal vez segundos... Un flash?. No lo sé, no me importó, no me importa. Algo pudo abrirse y me expandió."

Seguiré en este intenso y excitante camino de encontrar, promover y dignificar todos los mediadores que se me ocurran para potenciar nuestra energía vital. Todos. Y ciertamente soy exigente. Ya lo he dicho en otras ocasiones, huyo del disfraz a lo tonto y de aplicar mecanicismos que no pegan ni con cola.

Quiero distanciarme de la frase fácil y los recursos manidos. He visto demasiadas mujeres pintadas sin gracia, subidas a taconazos que más parecen un elemento de tortura, con ropas que las desfavoren... Hombres también, acoplándose a trancas y barrancas al "uniforme" de turno, ya sea de hippy, de hipster, de...heavy o de qué sé yo. Tan fuera de sí, tan alejados de sí mismos...

He visto, cuando uno inicia el contacto serio con uno mismo, que sale un impulso de dentro que inunda, que cubre y se proyecta. Y de ahí sale una dignidad que no conoce de técnicas ni artificios.

Recuerdo una mujer, ahora considerada amiga, iniciándose en danza oriental tras un accidente. Yo ignoraba entonces que su torpeza fuera fruto de ese trágico acontecimiento. La miraba sorprendida, porque en su desajuste, en su lentitud temblorosa a veces, haciendo los movimientos sinuosos de cadera había tal seriedad, tal contacto, tanta coherencia, que era imposible que no saliera el más profundo de los respetos. Chapeu! Señora.

Seguiré yo también en la senda de lo auténtico, no voy a querer de otra forma. Seguiré tomando el ejemplo de algunas mujeres que el destino está poniendo en mi camino. Mujeres rotundas.  Y desde ahí, jugaremos si es el caso, disfrutaremos, nos soltaremos... Y encontraremos también, claro, esa sombra, esa proyección que parece que se nos avanza. Y puede que nos sorprendamos gratamente!


lunes, 24 de noviembre de 2014

¿por qué decimos "insostenible" en vez de "insoportable"?

Es una pregunta, una invitación a la reflexión, un hacer pensar... Me llega desde muchos lugares, desde ambientes varios, se dice a montones ahora: "se me hizo insostenible seguir yendo a buscar al niño al cole...", "lo que vivía con su pareja al final no era sostenible", "vamos a buscar la forma para abordar esta insostenible situación en la empresa"... Sostenible, insostenible.

La actitud que acompaña a estas frases, con esta palabra en su afirmación o negación, es básicamente tranquila ( o aparenta), básicamente conciliadora (otra palabrita de moda), dicha por alguien que quiere mantener la serenidad, que no desea conflictos.

Sostener o no sostener... Y ¿qué pasa con "soportar"?. ¿Son sinónimos o no?. No del todo, parece, tiene matices la cosa. Porque decir que es insostenible queda más suave, y si ponemos el "insoportable"... si decimos eso... ¿qué sucede?. ¡Comprobadlo!. Haced la prueba... "Esto me resulta insoportable".

Sí, "insoportable" suena peor podéis decirme. Y pregunto, ¿por qué?. Por la fuerza. Es eso, por la fuerza de la palabra. Hasta el sonido es más fuerte en su fonética, con su "p" y su "t"... Y hemos huido de esa potencia (vaya, también con "p" y "t"), 


Siento que queremos suavizar, quitar hierro, no dar importancia. Por no conflictuar entramos en unas relaciones "light" donde filtramos lo que sentimos y lo que queremos decir, para dejar un mensaje descafeinado y desdibujado. Quizás en ocasiones eso ha ayudado, quizás ha sido procedente actuar de esa forma, pero, ¿no nos estamos pasando?. A veces es bueno llamar a las cosas por su nombre, o por el nombre que primero nos saldría si no utilizásemos tantos filtros. Estaríamos más en contacto con lo que pasa y haríamos llegar el mensaje claro a nuestro interlocutor.

También el recreo se pasó a llamar patio, porque quedaba mal decir recreo al contrastar con las horas de estudio. Pero no por llamarlo patio ha cambiado el sentir de liberación de muchos escolares cuando suena la campana y salen disparados a disfrutar un ratito de expansión y juego.



¿No es insoportable estar todo el rato matizando?

lunes, 10 de noviembre de 2014

el erotismo de los objetos

Puede ser un pañuelo, un zapato, un collar, un guante, un sombrero... Son cosas que están ahí, que utilizamos e investimos muchas veces de una energía que va mucho más allá de lo funcional. Hablábamos el otro día en el taller del sorprendente poder de algunos objetos, llamados complementos, y con los que nos podemos sentir transformadas (éramos todas mujeres).

En concreto hablábamos de la fuera erótica que puede dar un determinado pareo, o la ropa roja. Es así, y es un recurso que tenemos y jugar con ello, divertirnos con ello, nos permite ampliarnos, enriquecernos con registros nuevos.

Soy fan de pañuelos, zapatos, fulares, máscaras y vestimentas varias. Me encanta el disfraz. 

Pero quisiera señalar que el disfraz "en serio", ese es el que me gusta, el que ha sido producto de una búsqueda y no hace más que dejar salir más, poner en evidencia una parte de uno que esta ahí camuflada. Ese es el que me fascina, el sombrero que hace salir la parte sofisticada, el pareo que saca a la tigresa, los guantes que potencian la delicadeza de unas manos.

El hábito no es que haga al monje, saca al monje que estaba escondido, lo pone en evidencia. En esta sociedad que puede tener un día a día tan uniformado, rompamos un poco de vez en cuando, seamos muchos en uno.







miércoles, 29 de octubre de 2014

taller Erotismo para mujeres

Lo presento en Luz de Paz, en pleno centro de Barcelona, en una agradable sala en un piso del Eixample. Será el viernes 7 de noviembre a las 19.30 horas, y precio simbólico de 5 euros.

Una sesión que ofrezco para que me conozcáis y haceros llegar mi enfoque del erotismo. Quiero compartir con vosotras desde mi experiencia como mujer, desde mi formación como psicóloga y mi especialización en la es.te.r.

Será un rato para conocernos, ofreceremos el ambiente necesario para ir cada una conectando con su cuerpo y su vitalidad, cada una a su ritmo, encontrando el placer de ser una misma y dejando salir a la niña juguetona cuando sea el caso, o a la lanzada, a la princesa, a la coqueta, la perezosa... Somos tantas mujeres en una!.

Centro Luz de Paz, c /Provenza num.245 1o2a


Para mas información mi tel 666 80 63 84 o encarleiva@gmail.com

martes, 28 de octubre de 2014

erotismo en las mujeres

Erotismo en las mujeres

Me interesé desde siempre diría yo, por el cuerpo y sus manifestaciones. Me ha gustado toda la vida asomarme a las diferentes disciplinas que se me ofrecían desde el movimiento. El baile sobre todo me ha gustado practicarlo siempre, y también el teatro, la expresión corporal.

He participado en talleres como clienta y he propuesto los míos propios a partir de la inspiración que me venía de ellos, y de la vida misma. Desde bebés hasta mayores, la máxima, el objetivo: acompañar a expresar, ayudar a ir sacando eso que hay dentro y que tenemos tan controlado...

Una señora salió de la sesión que habíamos hecho, que ella llamaba gimnasia, diciendo "el cuerpo se pone contento". Me gustó la expresión. El cuerpo, sí, ese al que apenas hacemos caso, ese a nuestro servicio, ese al que tantas veces acallamos para llevar nuestros ritmos frenéticos. Se ponía contento.

He visto como entrando desde fuera, con pequeñas consignas, la mente empieza a perezosear y deja paso a sensaciones, estados de ánimo, emociones varias. He visto como la rigidez y mecanicismo el movimiento daba paso a una mayor flexibilidad, y leso se traducía en belleza.

Y he visto siempre, siempre, aflorar la vida, lo erótico. Con más o menos dificultades, ha salido la sensualidad y el goce de vivir. Un erotismo real, natural, no de pote ni de foto de revista. Y eso ha sido en el bostezo, en el tocarse la piel, en el rodar lentamente por el suelo... Encontrando el placer de moverse, dejándose ocupar por ese aire que va entrando en cada inhalación.

Ahora ya quiero llamarlos así, " talleres de erotismo", y los ofrezco desde el placer, emocionada imaginando las transformaciones que ya he visto, y las que van a poder ser. Con los recursos que he ido integrando a lo largo de mi vida y que quiero compartir, sabiendo que llevamos algo dentro que pulsa y que puede y debe salir. Para una vida más plena, consciente y placentera.


viernes, 3 de octubre de 2014

construcción a partir de la psicomotricidad libre

construcciones...

Desarrolló muy pronto el gusto por los materiales de todo tipo que se encontraba en el pequeño jardín o en sus paseos por la naturaleza: piedras de distintos tamaños, un cartón, un palo... Los tocaba, les daba forma, los alineaba, los amontonaba... No tenía ni tres años y pasaba horas haciendo caminos en la tierra, comprobando sus formas, sus expresiones: la arena de la playa, la tierra blanda tras la lluvia, la sequedad del terreno falto de humedad... Las manos tocaban acariciaban, profundizaban y daban forma.





Se desplazaba, ágil, de un lado a otro, agachado, mirando, observando desde distintos ángulos, excavando pequeños túneles por los que pasaban sus coches o camiones...El "jardín" de los abuelos ya no se podía llamar así, parecía una zona de experimentación. ¡Era una zona de experimentación!. Como era el salón de su casa también, más adelante, cuando trasladó su gusto por las construcciones al interior, y quiso crear ciudades enteras que cabían en la sala de estar. Caminaba su familia con cuidado, como gigantes en un minúsculo reino de pueblos con vías de tren, casas, árboles, montañas...

Los suyos, sus mayores, sonreían encantados, contagiados del entusiasmo. Se cuidaron mucho de no frenar el ímpetu constructor del pequeño y pusieron mínimos límites, ajustándose al máximo a la necesidad que veían en él.

"No estamos en el campo, vale, tenemos estos espacios, vale, y... ¿entonces?. Pues eso, ¿qué más da si en ésta época no podemos tener las flores en el terreno?, ¿qué más da si vienen visitas y la sala está ocupada por la mini ciudad cambiante?. Fue así.

Y creció. Creció con una capacidad de situarse en el espacio sorprendente, y esa habilidad la trasladó a la abstracción cuando por evolución su cognición estuvo preparada. Y plasmó en dibujos aquello que había estado viviendo en su cuerpo, experimentando con todos sus sentidos, entregado




. Y lo plasmó, claro, en los problemas de mates, de física, de dibujo técnico... Era un juego para él, seguía disfrutando y hacía disfrutar a sus profesores.

Terminó bachillerato con matrícula de honor. Está estudiando arquitectura. Aún recuerda sus construcciones.







viernes, 8 de agosto de 2014

expresión sobre el despido laboral

Tras un mes intenso dentro de un intenso curso de reuniones e implicación fuerte en unos acompañamientos varios como psicóloga y especialista en psicomotricidad, la llamada al despacho. Y lo que suele suceder en montones de empresas de todo tipo, la reunión cuatripartita con directora, conocida, y dos señoras más, desconocidas, que empiezan a hablarme de lo mal que está la empresa y lo mal que llevan los números.

Sin elegancia, sn previo aviso, como suele pasar en miles de casos. La empleada, en este caso yo, recibe los fríos papeles para firmar, con todo arregladito, legal, para desvincularse de mi. Amables lo justo, me hablan de que lo sienten, que no es por mi desempeño (bastante que lo sé, eso), y que no han tenido más remedio, y tal y cual. Vale.

Neutra yo, digna yo, a su nivel o al menos eso trato. Firmo y recojo. Punto. Discreción me piden, sí claro...

Agradecida porque alguien en su momento, muchos, lucharon para que hubiera indemnizaciones y para que hubiera una asignación para el paro. Distante y con esas formas de hacer mecánicas y sin contacto.

Y aquí me apetece expresarlo. Y aquí me apetece dejar constancia de que a la vez que rabia y desencanto también sentí mucha liberación. Mucha.

Y quiero desde aquí animar a todos aquellos que han pasado o pueden pasar por lo mismo. Se cierra una puerta y se abre un abanico de posibilidades.

Invito a todos aquellos a los que les ha pasado a que hagan un poco de trabajo emocional repasando lo que se les dispara con un despido. Suele quedar tocado el orgullo, la autoestima. Algo muy profundo nos conecta con la expulsión. Sacarte de la manada era lo peor que le podían hacer a un mamífero, era llevarlo a la muerte segura.

Todo eso se dispara sí. Pero invito a centrarnos en nosotros mismos. Dejémonos sentir el lamento, la rabia, la inseguridad. Vale. Pero luego entremos en nosotros y mirémonos. Qué quiero hacer, qué caminos siento que debo emprender. No corramos, démonos nuestro tiempo. Estamos en una oportunidad de cambio y no hemos d dejar que las prisas nos impidan percibir bien.

Estoy yo en ello, no estoy hablando desde posición cómoda en un despacho y con mi sueldito. Estoy debatiéndome con incertidumbres y a veces va y también el miedo hace acto d presencia, y la falta d confianza en mí. Ah, no, no lo permitamos.

Qué indefenso se puede sentir uno cuando es uno mismo y no tiene el respaldo (ficticio por otro lado). de tal o cual empresa... No, no lo permitamos.

Deciros, como me digo a mí misma, que hay un sitio esperando,un lugar donde brillar y desarrollar uno su potencial. A por ello. Os invito a poneros en marcha, sin prisa, sin pausa. Aprovechad esta oportunidad de cambio, todas y cada una de las oportunidades que se os pongan a tiro. La vida está para eso. No os aferréis a mediocridades por falta dedeterminación.

A mí me digo, como ahora quiero decir a todos los que se encuentran en situaciones parecidas: no dejemos que el miedo nos paralice. Se abren mil y una oportunidades.

Adiós digo a una etapa, bienvenido ahora lo que vaya apareciendo, cuidémonos y estemos lo suficientemente bien para percibir las señales de los caminos que nos quedan por transitar.



jueves, 12 de junio de 2014

Sara Carbonero:"un mes no es nada"

Lo comento por aquí porque como a otros profesionales de mi línea me preocupa la imagen que pueden dar los famosos y el ejemplo que pueden ser para miles de personas en lo que hacen. Y me importa bien poco que sean ejemplo para llevar un tipo de calzado, un tipo d peinado o para comprarse tal coche... Lo que me hace pensar y quiero llevar a la reflexión, como ya hice con la mochila de Shakira, es el ejemplo que pueden dar en temas de crianza.

Porque es uno de mis grandes temas, sí, y si es uno de mis grande temas es porque considero, como muchísimos otros profesionales serios y comprometidos, que en la crianza nos la jugamos. Que en estos primeros años, estos primeros meses, estos primeros días, se fragua, se graba a fuego, nuestro posterior estar en el mundo. Nos estructuramos en esta época y todas las trabas que se pongan al sano crecimiento del cachorro humano van a ser terribles obstáculos para el día de mañana, un lastre tremendo que con muchas dificultades podemos llegar a quitarnos... Y quizás nunca del todo.

Bien, y ahí voy hoy, con la frasecita que leo en un medio d comunicación acerca de la estancia d la guapa periodista en los mundiales de Brasil. Me cae bien, me parece majeta, pero cuando oigo que se va un mes y que no pasa nada... Ahí me entran las alarmas y la pena. Señorita Sara, quizás no sepas que para el poco tiempo de vida de tu cachorrito un mes es una eternidad, quizás has entrado en la ceguera da las madres trabajadoras que piensan que se puede hacer todo. No va así. Para los que me quieran escuchar, no va así.

Si no basta con decir que el bebé siente el abandono físico, la ausencia del ser que lo cuida, como una herida que no entiende ni tiene forma de procesar, si no basta con decir que una madre a la que se le puso a tope la oxitocina porque tuvo un parto natural siente un enamoramiento de su hijo que le impide separarse de él lo más mínimo, leed sobre la teoría del apego, del tal Bowly.

Puede, como en muchos otros casos, que la madre sienta de coco, que razone lo que quiere a su nene, que sienta que lo va a dejar en buenas manos.... Pues ser. Pero ahí va a haber una herida. Eso es lo que digo y decimos muchos. Ahí, ojo, va a haber una herida profunda que se traducirá en vete a saber qué miedos y reacciones en posteriores relaciones. Van a haber muchos más factores. Unos sumarán, otros restarán, y se hará un carácter, con una base más o menos incierta. Mamá no estuvo... Porque no estar al cien por cien es no estar. "Sólo un mes...". Un mes, ni más ni menos. Cuando a veces han bastado cinco fatídicos minutos para tirar por tierra una vida...


domingo, 18 de mayo de 2014

resignación y enfermedades graves (referencia a la película "Camino")

A raíz de unas declaraciones en los medios de comunicación de alguien conocido al que se le ha diagnosticado una enfermedad terminal me viene publicar aquí, con todos los respetos, este comentario.

La persona en cuestión toma una actitud aplaudida básicamente, catalogada de valiente, serena, ejemplar, ante su enfermedad., dice algo así como que no puede quejarse, que tiene medios para tratarse, que otros ni tienen, que aunque ha sufrido pérdidas en su familia, etc. se siente privilegiado y agradecido con la vida. Algo así. Quisiera matizar algo, y es algo también que me recuerda a lo tratado en la película "Camino".

Más bien se trata de una pregunta que me hago e invito a haceros: ¿dónde queda la rabia, la pena, la tristeza?, ¿dónde queda la queja?, ¿en qué lugar de su alma ha arrinconado esta persona, como tantas otras, la expresión legítima de su sentir?. ¿por qué no el grito desgarrado?. En la película "Camino", una niña adolescente cuya familia es profundamente católica, padece una enfermedad terminal y acaba muriendo. Su madre la incentiva a pasar el sufrimiento en silencio, encomendándose a Dios... La niña se debate entre su dejarse ir y la contención que le pide su madre.

¿Y qué pasa con la expresión?, en estos casos extremos y en los que no lo son tanto... ¿no será también que tanta contención nos lleva a enfermar?, ¿no será que por no dejar que el cuerpo exprese sus emociones hay algo que se queda ahí guardado, estancado y, al final, se pudre?. Me viene decir aquí: cuidado con la resignación.


lunes, 27 de enero de 2014

empatía, relaciones padres e hijos

Ver a los demás, sí. Cuántas veces nos dirigimos a nuestros hijos viéndonos sólo a nosotros?. Lo que nos hacen sentir, lo mal que llevamos tal cosa, tal otra, lo del que queda que hagan esto o lo otro... Nos acercamos a su mundo desd el nuestro, desde nuestras carencias. Hasta en los momentos de sufrimiento, cuando las crisis adolescentes, por ejemplo, un padre o madre puede decir "nunca pensé que me pasaría esto a mí". A ti?. Siempre, siempre, siempre, poniéndonos de protagonistas a en nuestra relación con ellos. Pero ellos, nuestros hijos, no reciben la mirada honesta, la del que realmente quiere saber de ellos. No sabemos verlos, no sabemos aparcar nuestro ego, porque estamos como adultos también faltos de reconocimiento. Y de esta manera recreamos una cadena de padres a hijos, y a hijos de los hijos, en la que el nuevo ser, el pequeño que va creciendo y se hace adolescente, no encuentra que lo valoren, que sientan lo que él siente ni siquiera que sus adultos se acerquen a quererlo comprender. Empatía, tanto se habla de ella y tan poco que la utilizamos. Reflexionemos.


domingo, 12 de enero de 2014

hiperadaptados

Me apetece hablar ahora de ello, ya hace que no escribía aquí... Me viene hablar de ese tipo de personas, porque ahora que hay tantas etiquetas, que se habla tanto de tantos trastornos con nombre y hasta con apellidos, sí, ahora que hay cierta polémica (qué bien!), con el dsm 5, que es un manual para situar a los "loqueros" en relación con sus tipos de "locos"... Pues saco a la luz a esta "especie".
Ellos, los hiperadaptados, que son, desde luego los que no dan problemas. Ah, maravillosos, que lo hacen todo según las reglas del lugar, según las pautas que aprendieron (rápidamente por cierto, sin aparente esfuerzo)... Son los que saben dónde se habla fuerte, dónde sólo puede susurrarse, dónde se va con corbata y dónde de sport... Saben lo que está bien visto hacer en los diferentes momentos de la vida, los planes de ocio de su grupo social, el tipo de estudios que han de tener, lo que se regala, lo que se estila, lo que se lleva... Entran en una reunión y de un vistazo integran de qué van los componentes, qué lenguaje utilizar para estar completamente en armonía con el grupo... No dan que hablar, son perfectos como anfitriones, como estudiantes, como trabajadores, como... lo que sea. 
Son básicamente expertos en aprender códigos. Les entran fácilmente, los pillan al vuelo. Aprenden idiomas en un pim pam pum. No les cuesta, como tampoco les cuesta bailar. Saben, muy bien, ver qué movimientos hacer para acoplarse al otro. Sí, en el baile, y en la vida en general. Sí, qué bien... ¿Sí?. ¿De veras?...
Se hiperadaptaron. Algo pasó en sus vidas que les hizo tomar este camino. Algo temprano les impulsó a adaptarse exageradamente por irles seguramente, así lo vivieron, la vida en ello. 
Los envidian muchos, pero lo que no saben éstos es del esfuerzo terrible para estar, para pertenecer al grupo. No saben que de tanto mirar para afuera se perdieron de sí mismos y llegó un día en que ya no supieron quienes eran. Camaleones, no han sabido ser otra cosa, y ya les sale tan natural que lloran desesperados, (los que paran un poco y reflexionan sobre su vida), porque no logran saber qué color es el que les gusta de verdad.
Y si han tenido hijos han vivido el caos del que no lleva manual de instrucciones, y se han desesperado buscando la forma de interactuar con una criatura ¡viva!, que ha llorado, que ha gritado... cuando no tocaba... ¿para quién no tocaba?. 
En fin... de ellos he escrito, de los perfectos, de los que no dan problemas, de los que pasan desapercibidos o son halagados. A los que tantísimas veces, ya desde pequeños, se les dijo, "muy bien". Hiperadaptados... ¿"muy bien"?