domingo, 4 de diciembre de 2011

enfermedades frecuentes en los bebés



¿qué nos dicen los pequeños con sus enfermedades?



Desde mi formación y a partir del trabajo que se viene realizando en Migjorn (centro autorizado para la atención al parto natural), he ido viendo los entramados de las vidas, las sutilezas de las relaciones y la vulnerabilidad, o mejor dicho, extrema sensibilidad, de los cuerpos de los bebés.



Las mamás en los grupos de crianza expresan sus miedos a las enfermedades que puedan ir apareciendo, así como su impotencia en muchas ocasiones, cuando las enfermedades ya han aparecido, aunque fueran simples mocos, un resfriado, una subida de temperatura, etc. Hablemos de ello.
En invierno son frecuentes los resfriados y enfermedades que tengan que ver con las vías repsiratorias. El respirar es algo muy nuevo para los recién nacidos. Los mocos son una defensa del cuerpo, aunque molestan a los pequeños y se les puede ayudar para que fluidifiquen y salgan mejor: la cebolla a trozos en la estancia en la que esten, puede ser un buen remedio, lo mismo que realizar baños con mucho vapor y masajes al lado de la nariz, dando calor a la zona.
Si ya el problema baja al pecho y los sentimos cargaditos, puede ir muy bien dar pequeños golpecitos por delante y por detrás del tronco, por el pecho y la espalda, con las manos cóncavas. Eso ayuda a desprenderse la mucosidad.
Las otitis, infecciones de oído, son muy poco llevaderas por los bebés, que lloran desesperadamente. Si estan lactando, unas gotitas de la leche de la madre les pueden ayudar a calmar los oídos.
Cuídado con las diarreas, pueden llevar a la deshidratación. Si toman leche de la teta de la madre, es fácil que se regulen, si no es así, vigilemos que tomen líquidos.
Una subida de temperatura es un mecanismo de defensa del cuerpo para matar los "agentes invasores". A partir de 39 ó 40 puede haber peligro de una afectación neuronal. Bajemosla con paños húmedos en los brazos, en la piernas, en la frente. Tengamos en cuenta que una bajada súbita de temperatura es tan peligrosa como la subida, cuidado entonces con los antipiréticos.
Seguiré hablando de ello, pero quiero terminar ahora señalando la interconexión entre emociones, sistema inmunológico y enfermedades. Miremos alrededor y tratemos de ir más allá de los síntomas de la enfermedad, ¿qué pasa?, ¿cómo estamos nosotras mamás?, ¿cómo estamos en casa?. Los bebés, repito, son extremadamente sensibles a las emociones, captan perfectamente cómo estamos. Somos sus traductoras, nosotras, las madres, y pueden percibir, es normal, cierta inseguridad, nervios... momentos en que no estamos bien. Invito a ver qué envuelve un resfriado o cualquier otra enfermedad, e invito asímismo a ver qué pasa con dosis extras de mimos, abrazos, presencia... Ya me diréis.

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