sábado, 2 de marzo de 2013

REFLEXIONES SOBRE EL PLACER Y EL DISFRUTE

SOBRE EL PLACER 

Placer es una palabra poco utilizada en español. Sí utilizada en italiano muchísimo más con el "ti piace o no ti piace" para variadas situaciones. Aquí la vemos muchas veces improcedente, incorrecta, irreverente... que no aplica, vamos. La asociamos con sexo pero en el sentido estricto y limitado del acto carnal de penetración. Poco más.
"¿Te da placer?". Uffff, qué pregunta, no hay muchos más contextos en los que se pueda utilizar. Y yo quisiera llevar a la reflexión del por qué no. Eso, ¿por qué no?, ¿por qué no podemos decir tranquilamente que da placer comer un helado, pasear o pegarse un buen baño?. Porque nos acercamos al mal entendido... ¿y qué mal entendido?. 
Parece que el goce tiene la connotación de culpabilidad y que además no nos lo podemos permitir así como así. Podemos fanfarronear de que trabajamos un montón y de que nos hemos machacado lo indecible, eso queda bien, pero no nos vamos a sentir igual si expresamos directamente que algo nos ha hecho disfrutar mucho, muchísimo. El disfrute ha de ser comedido porque no está bien visto. 


Venimos de una larga tradición en donde nos han tatuado el alma con eso de que la vida es un valle de lágrimas y tan a dentro lo tenemos, aunque ahora queda más sutil, menos visible, tanto nos ha ido calando desde pequeños, que parece que es consustancial a nosotros. 
Placer... es bella palabra. Por placer es que deberíamos hacer las cosas, por placer y deseo. Placer por todo, desde siempre, por el mero hecho de estar vivos y sentirnos así. Placer del movimiento, de construir cosas, de jugar, de comunicarnos, explorar, ir hacia el otro...
Reivindico esta palabra y lo que significa, para que la tengamos presente y tengamos muy en cuenta también cómo deberíamos enfocar nuestras formas de vivir. Se puede estar de muchas maneras, tendremos en la vida trabas y contratiempos, pero nada debería desviarnos y despistarnos de algo realmente importante. El placer. 
Potencial de placer que podemos tener casi intacto cuando somos bebés y que vamos mermando. 
En estos tiempos de miedos y paranoias, metamos el placer en nuestra cotidianidad. Atrevámonos a observar qué nos apetece realmente y démonoslo. 


No hay comentarios: