martes, 24 de enero de 2012

LA ECOLOGÍA DEL HOMBRE

ECOLOGÍA DESDE EL INICIO. Concepción y nacimiento marcados por el respeto a los ritmos naturales.

¿Ecología Profunda?



Basándonos en la obra de F. Capra, “la trama de la vida”, podemos decir que la visión del mundo que ha dominado en nuestra cultura a lo largo de varios centenares de años es la de un universo como sistema mecánico formado por piezas, la del cuerpo humano como una máquina, la de la vida en sociedad como una lucha competitiva por la existencia y, entre otros, la creencia en el progreso material ilimitado a través del crecimiento económico y tecnológico.
Algo se está moviendo, empieza a emerger un nuevo paradigma, que parte de una visión holística del mundo, ya que lo ve como un todo integrado más que como una discontinua colección de partes. Es una visión ecológica, considerando "ecológica" en un sentido mucho más amplio y profundo de lo habitual. La percepción desde la ecología profunda reconoce la interdependencia fundamental entre todos los fenómenos y el hecho de que, como individuos y como sociedades, estamos todos inmersos en los procesos cíclicos de la naturaleza y dependemos de ellos. Lo que pasa a nuestro alrededor nos afecta a todos, parece que nos estamos empezando a dar cuenta de que lo de “eso no va conmigo” es antinatural, nos aísla y… ¡corremos el riesgo de cargarnos el planeta!


 []Desde la Escuela Reichiana se está proponiendo el Enfoque ecológico para los “Sistemas Humanos”. La ecología empieza por nosotros, aprendamos a cuidarnos. No basta con que reciclemos mecánicamente, que vayamos a manifestaciones en contra del maltrato a animales… Todo eso está bien, pero para movilizarnos de verdad algo fuerte ha de salir “de dentro”. Empecemos por nosotros.
Para poder vivir el sentimiento de pertenencia a este mundo, tal como expresa Xavier Serrano, director de la Escuela Española de Terapia Reichiana, primero tenemos que vivir que nos pertenecemos, hemos de vivirnos como una totalidad y no escindidos.
A partir de ahí me gustará dar unas pinceladas sobre el inicio de la existencia del animal humano. Como decía W. Reich, cada embarazo, cada niño recién nacido, es una nueva oportunidad para el hombre, es contactar con la vida pulsátil.  Es el niño que siente, que vibra, que entiende desde lo profundo de su ser, intuitivamente, los procesos naturales que le rodean y se siente parte de ellos.

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