martes, 24 de enero de 2012

PREVENIR LA ENFERMEDAD, TERAPIA PARA RESPONDER AL SUFRIMIENTO EMOCIONAL

PREVENIR LA ENFERMEDAD, DAR RESPUESTA AL SUFRIMIENTO CORPORAL Y EMOCIONAL




Baso mi trabajo como psicóloga clínica y psico-corporal en el paradigma propuesto por la Escuela Reichiana (http://www.esternet.org/). Se trata de una psicoterapia corporal, es decir, una psicoterapia en la que el lenguaje del cuerpo se tiene en la misma consideración o más, que el lenguaje verbal, tal como expresa Xavier Serrano en su libro “la psicoterapia breve caracteroanalítica”: “... donde lo corporal es el texto que se ha de interpretar. La aproximación reichiana con su vegetoterapia caracteroanalítica resulta así una suerte de psicoterapia corporal sin contacto, donde las teorías psicoanalíticas aportarán numerosos conceptos para la lectura del fenómeno corporal, la movilización de las estructuras defensivas y caracteriales, hasta lograr integraciones subjetivas menos cargadas de estrés y más saludables”.

Entiendo que en general en esta sociedad existe bastante disociación y los problemas que tenemos solemos abordarlos separadamente, como si fuese algo puntual y sin relación con el resto de componentes de la persona. Así suele pasar con los síntomas, tanto emocionales como corporales. Y sucede que buscamos ayuda cuando tenemos síntomas visibles, fácilmente objetivables, como son dolores de cualquier tipo, problemas digestivos, respiratorios...  y aguantamos bastante más cuando se trata de aspectos tan poco objetivables como ansiedad, depresión, sensación de soledad, de vacío existencial... Pero cuerpo y mente son dos caras de la misma moneda y no se puede tratar el uno apartando al otro.

No es real, por ejemplo, como dice Xavier Serrano en su libro, pensar que se ha curado a una persona porque ha sido intervenida exitosamente en el hospital tras un infarto cardíaco. Se deberían tener en cuenta las posibles causas psicosomáticas que han podido influir en esta manifestación de enfermedad. Sólo si abordamos a la totalidad de la persona con su complejidad, teniendo en cuenta su ambiente, sus preocupaciones, sentimientos, su historia pasada, podremos ofrecerle ayuda, acompañándola a tomar conciencia de su realidad para llevarla a gestionar mejor su vida, y que consiga mayor calidad en ella. 








Destaco los siguientes puntos de la propuesta reichiana, en la que baso mi labor como psicóloga, tanto en los talleres y cursos como en el trato individual:

  • Nuestra sociedad occidental está muy alejada de los ritmos naturales, nada más nacer entramos en una cultura que nos obliga demasiado pronto a una adaptación que traerá consecuencias desastrosas para nuestro sistema. Una propuesta para la salud ha de pasar por devolver al hombre a la naturaleza de la que salió. Natura y cultura no deberían estar reñidas. Por tanto es fundamental la labor de ayudar a las madres a recuperar su instinto, instaurar la normalidad de partos naturales, sin intervenciones agresivas innecesarias, respetando las necesidades de madres y bebés, amamantamientos con contacto, etc., que aseguren como mínimo el primer año de vida de nuestros “cachorros” humanos.  Todo ello comportaría criaturas más felices y con la fortaleza que sólo una base con grandes dosis de respeto y de amor puede lograr.

  • La historia de nuestras emociones está en el cuerpo. Antes de memoria cortical, tal como se entiende por lo general, tenemos memoria celular. El cuerpo y el movimiento son la base de nuestro psiquismo y pensamiento. En nuestro desarrollo seguimos un orden cefalo-caudal, de la cabeza a los pies. Maduran primero las funciones que tienen que ver con los ojos, la boca... y poco a poco vamos integrando el tronco, las extremidades... hasta conseguir una sensación de globalidad. Podemos decir que nos vamos desplagando. A medida que vamos creciendo, y según la experiencia que vamos teniendo en ralación con el entorno, con los nuestros, con la sociedad en general, vamos articulando defensas, que son corporales antes que psíquicas (la psique, el razonamiento, no aparece hasta aproximadamente los 2 años de edad). Nuestros músculos se tensionan de forma crónica ante situaciones que vivimos agresivas o anuladoras (imaginemos un bebé en la cunita, sin unos ojos que le miran y a los que mirar). Las tensiones más primitivas, cuando se han vivido situaciones estresantes tempranamente, estan relacionadas con la zona de los ojos y la boca. Más adelante podemos encontrar tensiones en la zona del cuello, en el diafragma... y, finalmente, en los 2-3 años, en el inicio de la socialización, en la zona pélvica. Todas estas tensiones tienen sus implicaciones a nivel emocional y de salud en general.  

  • El pulsar de la vida supone alternancia entre expansión y contracción. En general, por el ritmo de vida que llevamos, predominan las dinámicas contractivas. El objetivo de un tratamiento que lleve a la salud es fomentar la expansividad y la expresión. La meta al final es la autorregulación, el equilibrio que lleva el contacto contigo mismo y con los demás.

  • El sufrimiento viene en gran medida por la falta de conciencia que tiene el paciente de sus conflictos. Inconscientemente tenemos un entramado de sentimientos, emociones y sensaciones que no dejamos salir a la luz. La apariencia engaña, sabemos que un “no pasa nada, estoy genial” puede ser un mecanismo de defensa, nos engañamos para evitar el sufrimiento, vivimos con una percepción sesgada de la realidad.

  • Finalmente, destaco que creo firmemente, tal como expuso Wilhelm Reich, que la capa más profunda del hombre, su primer estrato, es su núcleo biológico originario, el yo más auténtico. En tanto que seres vivos, somos en nuestra base alegres, enérgicos, colaboradoes... buena gente en definitiva, amantes de la vida.


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