domingo, 1 de diciembre de 2013

LACTANCIA PROLONGADA

Se habla mucho de los beneficios de la leche materna, se ofrecen ya, por fin, no está nada mal, mil y una ayuda a las mamás primerizas que tienen problemas para dar la teta. Sabemos que "es un regalo para toda la vida", que nada hay comparable con la lactancia natural. Por eso las madres de ahora (que rondan los treinta y algo) que coincide que son de una generación de biberón, porque a sus madres les dijeron que era mucho mejor y más moderno, ahora se decantan por sacarse las tetas y así alimentar a su pequeño cachorro recién nacido.


Y pasa el primer mes, con vaivenes, con más o menos cansancio, con mayor o peor vínculo, pero en general con lactancia materna. A las mamás les suele apetecer dar el pecho y ven la comodidad de tener alimento preparado y listo a todas horas. Cuando más chupa el bebé más leche se tiene. 
Y llega el segundo, el tercer mes... Ya no estamos acostumbrados en esta sociedad de la prisa y el pim pam pum, a tanta perseverancia. Empieza el cansancio y muchas veces la necesidad de delegar. Vaya... es una pena pero es así, desde el punto de vista del bebé el otro (la madre) nos empieza a sentir ajenos y tiene ganas de separarse de nosotros cuando aún no se ha entrado en la identidad. El bebé seguiría fusionado, hecho uno con su madre, de la que es incapaz de diferenciarse... Pero el entorno no va por ahí, y ese entorno llama a la madre, la distrae, la requiere de una u otra forma. Suelen ser estos meses en los que empieza a dejarse la lactancia natural y se introduce el biberón. Como todo es un pez que se muerde la cola, se puede escuchar "es un tragón, necesita más", "se la dejo al padre, que se implique también"... Cosas así. 
Y podemos optar por una lactancia mixta o simplemente la vía fácil, ofrecer biberón. Yo en mi momento también tomé mi decisión, y fue la primera opción
Pero quedan casos, y son cada vez más frecuentes, en que las madres optan por lactancias naturales que superan los primeros meses, y que llegan al año, y van más allá... ¿Hasta dónde?. ¿Dos años?¿Tres?¿Cuatro?, bueno, tal vez cuatro es exagerado... ¿O no lo es?. 
"Me sentí totalmente acompañada a iniciar una lactancia natural, dando la teta, pero, ahora que mi hijo tiene 18 meses, empiezo a preguntarme cuando pararé, cuando dejaré de darle teta".Hay madres que están en esta situación. Con uno, dos, tres años, sus hijos les siguen pidiendo "mama, tetaaaa!!!!". Y ellas siguen ofreciendola, a momentos o a la hora de dormir por ejemplo. ¿Es sano?. Desde aquí, ahora, de momento, quiero dejar señalado el vacío que hay en cuanto a información, y la necesidad de estas mamas de ser ayudadas, atendidas e informadas. 
En breve ofreceremos un taller sobre Lactancia Prolongada. Apunto aquí algunas ideas:
  • Hemos de plantearnos qué función tiene la teta
  • Hasta los tres años estamos en una etapa oral, en donde nos entra el mundo, somos receptores más bien pasivos de lo que nos rodea. A partir de los tres años la energía baja a la pelvis, vamos al mundo, caminamos firmes, nos hacemos dueños de nuestro cuerpo, tenemos recursos.
  • La teta no puede ser tapón de emociones y conflictos. 
Seguiremos hablando de ello.